viernes, 19 de noviembre de 2010

Una caída vertical al infierno


El fuego nos enciende y el alcohol nos calcina, es un acto de purificación de los fantasmas que están ocultos dentro de nuestros cuerpos.

lunes, 5 de abril de 2010

Transiciones perdidas


Gregorio Angelcos

Penetrar en tu existencia,
y quedarse suspendido en el ocaso
de una palabra muerta.

Ver como la mañana
se pierde en la enigmática oscuridad
de tu piel.

Inventar un paréntesis que detenga
tu ritmo
de transiciones perdidas.

Convertir el siglo
en un segundo de amor
Y
ser un ciclo de emociones
que active
tu circuito de vértigos.

Incendiar la sangre
en el fuego de un rito
absuelto de culpa.

Inerte de memoria.

Y quedarse suspendido del tiempo
pensando que fue realidad.

domingo, 21 de marzo de 2010

Pensemos a Chile en un sueño que supere la pesadilla en que vivimos


Mi estado de pobreza no está relacionado con la falta de dinero ni de carencias esenciales inmediatas, es el reflejo de una incomprensión de los propios desheredados, a quienes les arrancaron de cuajo su conciencia y los convirtieron en subordinados, con sutileza, subliminalmente, para que fueran condescendientes con una forma de vida, basada en el éxito personal y material, que la naturaleza con su furia se encargó de destruir en unos cuantos minutos.

Por Gregorio Angelcos

Es una escena del teatro del absurdo, ver a Piñera convertido en Presidente de Chile por mandato popular. En las comunas de menores ingresos, la coalición ganadora obtuvo un encendido respaldo popular, claro está, que la contraparte que gobernó durante veinte años hizo uso y abuso del poder, marginando de las decisiones a la sociedad civil por temor a que se produjesen ciertas inestabilidades sociales, propias de las debilidades del modelo, tales como la marginación y la exclusión.

Pero con el sismo, la pobreza quedó en evidencia, fracasaron los índices, las estadísticas, toda la información tecnocrática se vino al suelo. La miseria era aún mayor, es claro, nunca hubo distribución del ingreso y no lo habrá con las nuevas autoridades.

Pero el enigma, que no es tal, es comprender porque las clases populares renunciaron a un proyecto de país basado en sus necesidades de crecimiento y desarrollo, y delegaron su responsabilidad en autoridades que forman parte de las oligarquías nacionales, a partir de los noventa.

Oscuro antecedente fue que una concurrencia mayoritaria pidiera la intervención de los militares para derrocar al presidente Allende, si se considera que además en el plebiscito del 1989, cerca del 45% del país le pidió a Pinochet que se quedará en el poder, después de que, haciendo uso discrecional de su autoridad durante diecisiete violará los derechos humanos, persiguiera y asesinara a personas opositoras a su régimen de facto, y fuera condenado por la gran mayoría de los organismos internacionales.

Luego, se restablece un sistema “democrático regulado”, con un sistema de bloques, heredado de la Constitución del ochenta, y la correlación de fuerzas se mantiene incólume, algunos puntos más y la reproducción instantánea en el poder, las mismas caras, un cerco cerrado, donde fue imposible penetrar, hasta que un porcentaje de ex incondicionales se dieron una vuelta en ciento ochenta grados y le dieron la mayoría al bloque derechista.

Por su parte, la izquierda alcanza su mayor y limitado porcentaje encabezado por el mejor nombre a la presidencia: Jorge Arrate, desde la década del noventa a la fecha, los comunistas logran romper con la hegemonía de los oligarcas, y acceden a través de un pacto para romper la exclusión con tres parlamentarios, después de dos décadas.

Pero el pueblo que vocifera y se muestra disconforme, se uniformiza a la hora de elegir, y vota consuetudinariamente, no se atreve a experimentar cambios con su voto, porque tal vez, no tiene demasiado claro a que aspira.

El dilema consiste en como romper con el conservadurismo, cuando los sectores progresistas de verdad, aquellos que buscan con vehemencia la transformación del sistema por uno más humano y equitativo, observan en su experiencia cotidiana el nivel de estancamiento en que se encuentran.

No tenemos medios de comunicación, poseemos estructuras debilitadas a través de estos años, la gente renuncia a la política porque banaliza lo que no comprende, los grupos de izquierda tienden a cerrarse en ghettos ideológicos y culturales, dejando de percibir a un pueblo funcional y con problemáticas variables que es necesario indagar para crear nuevas políticas y otras estrategias.

Las tácticas del día a día, si es que existen, son imperceptibles, los partidos están en disfunción con la sociedad civil. Es necesario reprogramar las ideas y la acción, recurrir a fuentes internacionales de financiamiento, y penetrar el tejido social para operar desde las raíces a las cuales pertenecemos, los que tenemos un origen de clase en estricta coherencia con la mayoría de un pueblo algo inconsciente, algo entregado a la voluntad de los poderosos y de las estructuras que los mantienen sometidos por reglamentos, contratos, estatutos, que en general son formas de control y fiscalización para mantener los vínculos de dominación y de explotación.

viernes, 26 de febrero de 2010

EL ENIGMA (Cuento irracional) por Gregorio Angelcos


Siglos detrás de esa enigmática mujer, una mirada en el renacimiento, un gesto afectuoso mientras avanzábamos hacia la toma de La Bastilla, después un beso que deslizó desde sus labios y sopló para que el viento lo trasladase por entre las barricadas de la primera guerra mundial. A veces me detenía en mi transito por el tiempo y la pensaba unos segundos, trataba de adivinar su nacionalidad, tal vez fuese francesa, italiana, lo cierto es que rasgos latinos tenía. A medida que los años pasaban mi ansiedad por encontrarla iba en aumento. Un sentimiento extraño por conocerla en un plano de mayor intimidad, traspasar la barrera de sus ojos penetrando intensamente en los míos y después perderla, provocaba un vacío letal en mi conciencia.
A veces reconstruía su imagen en el silencio, y la amaba en un estado de sublimación que me agotaba hasta sentir rechazo y desprecio por ella, pero continuaba apareciéndose en mi imaginario para mantener viva su presencia.
En realidad, mi relación era confusa, no sabía ni siquiera como se llamaba, entonces le daba formas, inventándole rutinas cándidas y absurdas.
Lo cierto es que después de cuatrocientos años de encuentros y desencuentros necesitaba definir la relación, no tenía pistas para acceder con cierta fluidez a ella, por lo que decidí actuar más allá de la realidad. Entonces, regrese a la Edad Media para conversar con Feliciano, un brujo de sabiduría razonable y una cierta perversidad para tratar los temas del corazón, me recomendó que penetrara en uno de sus sueños: “lo mejor es invadir el subconsciente, sólo ahí podrás saber como asume la relación contigo”, me dijo. Y así lo hice. Guiado por Feliciano esperé que en algún lugar del planeta entrará en un profundo sueño y una vez acontecido, rompí las barreras del tiempo cruzando hacia otra dimensión y me introduje abruptamente en su travesía nocturna. La vi sonreír mientras contemplaba el cántico de unos pájaros en el jardín de su nostalgia, disfrutaba intensamente su naturaleza, por mi parte, sentía que me vigilaban en un espacio de tanta intimidad. Ningún lugar sería suficientemente oculto para evitar ser descubierto en un sueño donde la conciencia recorría con absoluta minuciosidad los espacios de su propio inconsciente.
La mirada cruzaba a través de su memoria como un foco encendido que iluminaba cada rincón de sus neuronas. Entraba y salía de la oscuridad con cierta rapidez. De improviso, descubrí el cadáver de un sujeto de aproximadamente treinta años, vistiendo una túnica del medioevo; estaba atravesado por una daga y las cavidades de sus ojos se encontraban cóncavas. Lisa y llanamente le habían arrancado sus pupilas. Asombrado, pero con cierta tranquilidad por la costumbre de relacionarme con la muerte, me aproximé para determinar su origen y me pregunté qué hacía ese muerto en el sueño de esta hermosa mujer. Además se trataba de un muerto del siglo doce o trece aproximadamente.
Pero mi objetivo no era conjeturar sobre este patético hallazgo, sino indagar sobre las emociones y percepciones que tenía del mundo exterior. Avancé en silencio, mientras un fuerte viento se estrellaba contra mi rostro que con cierta ansiedad trataba de encontrarse con la respuesta necesaria. El amor – pensé – incentiva conductas aberrantes que desdibujan nuestra personalidad.
Después de caminar algunos metros me detuve a observar cómo su razón se articulaba en el contacto y transmisión de energía de su masa neuronal. Estaba pensando. Por desgracia no podía procesar ese lenguaje que visualizaba como circuitos electrónicos, movimientos ondulantes y lineales que iban conformando sus ideas.
De pronto, tuve la sensación de que podía sorprenderme y me oculté tras una nube voluptuosa. Comprendí, en ese instante, que mi amor por ella me provocaba una fuerte obsesión emocional. Era casi un síntoma de enajenación siquiátrica. Giré la cabeza hacia un costado y encontré otro cuerpo abandonado en el centro de este sueño. No tenía corazón y sus pupilas habían sido arrancadas de sus ojos. El cadáver conservaba una postura solemne como si se tratase de un fetiche al cual le habían secuestrado su inmortalidad. El espectáculo era bastante más patético que el anterior; sin embargo, mi estado de ánimo no cambiaba significativamente, sólo me interesaba descubrir ciertos rasgos de la personalidad de esta mujer para conquistarla en la realidad de los próximos segundos o siglos, no importaba, porque formábamos parte de esa absurda pero lógica utopía de la eternidad.
Por algunos movimientos neuronales pude descifrar que disponía de cierta plasticidad para trasladarse de un sitio a otro trascendiendo el tiempo cronológico. Era una cualidad que le permitía procesar información con mayor rapidez que una mujer tradicional.
De improviso, el sueño se oscureció y una melodía trágica fue convirtiendo la atmósfera de silencio en misterio. Gritos confusos provenientes del vacío alteraban una rutina que hasta hace unos segundos era de sueños, un tanto retórica y poco evolutiva.
Es difícil establecer el tiempo real cuando el proceso es de ficción; ella y yo, éramos personajes de una ficción escrita por alguien desconocido, del cual no poseíamos mayores antecedentes. Sin embargo, el clima fue saliendo de su rareza y el espacio recuperó su iluminación.
Dos personas abandonadas entre un paréntesis de su conciencia se encontraban virtualmente asesinadas. Ambas, al igual que los cadáveres anteriores se apreciaban con sus ojos arrancados, y sus concavidades permitían observar el movimiento angustiado de sus masas encefálicas en sus últimos tramos antes de morir.
Esta vez sentí un rechazo visceral frente a los cuerpos y por alguna razón inconsciente los escupí sin contemplación. Sus imágenes fantasmales perturbaban el sentido de mi presencia en el sueño de esta hermosa mujer.
Ella, reaccionó frente a este hallazgo siniestro y entonces comprendí que en medio de esa alteración necesitaba con urgencia despertar.
Mi preocupación se hizo evidente, pues al termino de su sueño desaparecería este espacio onírico, y obviamente, también me iría hacia otra dimensión, extraña, desconocida, sin saber si podría retornar a la realidad. Entonces me deslice con prisa y casi por instinto hacia una salida que me permitiera el regreso a la realidad.
Segundos más tarde ella despertaba y me sorprendía frente a su cama, perplejo, sin poder reaccionar. Traté de sonreír, pero no pude dejar de evidenciar cierto nerviosismo; ella fijó su mirada vacía sobre mis pupilas, las que inconscientemente pestañearon.
“Es hermoso sentir cómo los ojos parpadean” –comentó-; asentí con un leve movimiento de cabeza y luego dije: “sí”. Luego continuó : “a veces la demencia de algunos termina socavando la mirada de muchos, he encontrado a través del tiempo varios cadáveres con sus ojos arrancados y sus cavidades cóncavas... han sido crímenes horrendos”.
Me encogí de hombros y pensé que sólo se trataba de imágenes virtuales de su sueño.
“Pero no es así, me dijo ella como adivinándome el pensamiento, son los crímenes que tú has cometido. Estás dominado por una pasión irracional”.
“No te entiendo –le contesté-, lo que único que puede asegurarte es que invadí tu inconsciente para descubrir algunos rasgos desconocidos de tu personalidad que me permitieran estar un poco más cerca de ti. Creo que te amo”, afirmé.
“Precisamente –contestó-, se trata de un amor irracional que impulsa y fundamenta el sentido de tus crímenes, uno a uno, le has arrancando los ojos para evitar que me miren y descubran, tal vez, las mismas cualidades que descubriste tú.
Para este tipo de locura existe solo una sentencia –agregó-, y se trata de una ceguera perpetua y una condena a vivir eternamente sin morir jamás, transitaras por los siglos sin identificar en la realidad el objeto de tu pasión. Hasta nunca”, me dijo y se marchó.
Desde ese instante debí asumir mi ceguera e iniciar una ruta invisible por el tiempo con un bastón de apoyo, para detenerme de vez en cuando en algún siglo a oler el ambiente tratando de captar su esencia. A veces siento el aroma de su perfume invadiendo mis espacios; pero sin poder diferenciar entre lo objetivo y lo subjetivo, debo creer en lo primero, pues algún día la encontraré y me amará con gran intensidad; mientras tanto retengo su imagen en mi conciencia, y continúo desgarrando a los hombres de sus ojos para evitar que descubran lo que yo pude descubrir: su intensa e irreal perversidad.
Una semana después, apareció un vehículo policial en mi domicilio con una orden de detención en mi contra, fui trasladado por la brigada de homicidios por instrucciones del juez a la reconstrucción de escena de los crímenes que por mi estado de enajenación no fui capaz de reproducir, pero como los espacios estaban en la dimensión de los sueños me declararon en estado de demencia, entonces, me enviaron a una clínica siquiátrica donde permanezco en silencio desde hace un siglo, con una crítica ansiedad por recuperar la vista y continuar su búsqueda hasta el final de sus días, porque después de todo, me enteré que ella es mortal y no goza del oscuro privilegio de conservar la vida por lo que resta de la eternidad.

sábado, 23 de enero de 2010

Los Buenos Aires traen el halo de tus besos y se quedan en mi piel como un mensaje de eternidad compartida

A Teresa Calderón, la mujer que me hizo redescubrir el amor

Las fronteras son invisibles cuando dos seres humanos convierten el silencio que provoca la distancia, en un espacio de comunicación emocional que producto de su breve, pero intensa historia, trascienden la realidad, y se reinventan fuera del tiempo para dormir las nostalgias, y hacer que el amor vuele como una paloma mensajera, trayendo la noticia que un sueño nos descifra el misterio de cómo reinventar los afectos para vivir entre paréntesis en el regazo que nos va aproximando a Dios.

por Gregorio Angelcos

Viajo al Terminal Santiago para arrancarme de los miedos, con una cierta incertidumbre, nuevamente la derecha en el poder, y a pesar de los equilibrios relativos que vive la sociedad chilena, no puedo invalidar los recuerdos que provocaron mi tristeza, los fantasmas de la represión, la muerte acechándome continuamente, el allanamiento de la CNI en el departamento de mis padres en la calle Arturo Prat, y yo protegido en secreto por una anciana dirigente gremial que vigilaba mis alucinaciones convencido que recuperaríamos nuestra libertad.
Luego el dolor de la muerte de mi padre, algunos días posteriores a la invasión de nuestro hogar por los esbirros de la dictadura, y mi presencia clandestina en su funeral.
Por eso bebo ese café contigo que nos distanciará una semana, te miro y nos apretamos las manos, y el calor nos electriza y rebasa nuestra estabilidad un poco acongojada por esta separación momentánea.
Nos abrazamos, nos besamos con urgencia, es un cataclismo que inunda nuestras vidas, y percibo tus lagrimas, y las bebo para empaparme de tu belleza, que tiene sabor a frutas frescas, aromatizadas por tus sentimientos inquietos y rebeldes.
Hasta pronto amor, pienso, mientras el bus va distanciándonos, y tu silueta desaparece de mi vista, pero tu imagen se mantiene inmune en mi conciencia. Buenos Aires me espera con 36 grados de calor para invitarme a nada especifico, solo a revalidar instantes fugaces, perpetuos, de ese amor que me brindaste en Junio del noveno año del siglo, cuando todo era sombra, cuando todo era frío, pero nuestros cuerpos empezaron a descongelarse con los abrazos y caricias que nos entregamos en la espesura de nuestra intimidad.
Es cierto y no lo puedo negar, a veces nos ha acompañado la complejidad de nuestras diferencias, estructuras de personalidad e historias incomparables, te alejas pero regresas, porque cada vez te convences, que es imposible romper nuestra imbricación existencial, fue una energía cosmogónica la que nos vinculó, sin que nosotros en principio alcanzáramos a percibirla,
Luego, nos envuelve un manto de ternura, tu sonrisa, mis ojos, nuestros besos, la pasión desinhibida cuando nos hacemos el amor, y gimes y lloras, sientes que tu piel se convulsiona y tu mirada se evade de placer.
Después el descanso y los abrazos imbuidos de un calor ineludible. Cuanta vida ha pasado bajo nuestro puente, que es un manantial de agua limpia y diáfana como tu sensualidad.
He caminado kilómetros por Buenos Aires, he dejado mis huellas en el Parque Rivadavia, en la Avenida Corrientes, me he saturado de tangos dramáticos, pero nada me duele, es solo un ejercicio de respiración y de limpieza espiritual, para volver a mi país tras dos objetivos, el primero, perfeccionar mis estrategias que no son conspirativas, para mejorar nuestra relación de pareja, porque mi único compromiso es hacerte feliz, brindarte la paz y conseguir que de tu boca fluya alegría en forma espontánea, porque mi amor se consolide en tu convencimiento.
Y la segunda, demostrar que los escritores podemos refutar con nuestras ideas el viejo plagio liberal, que no contribuye al desarrollo humano, solo crecimiento, materialidad, dinero y pobreza permanente de millones de compatriotas.
La consigna es luchar con optimismo, por estas razones me opondré al proyecto individualista que fomenta la derecha, y trabajaré con energía para seducir tu alma con actitudes y buenos sentimientos, y así te tendré para siempre amada Teresa.